Cuantas veces nos encontramos bajo las influencias de la mente como si está fuese un hipnotizador que nos encanta y es entonces que no podemos dejar de pensar . Caemos ante ese velo hipnótico de los pensamientos rumiantes y nos pasamos horas y horas , a veces días , tomados por un pensamiento.
Cuando esto nos ocurre podemos llegar a sentir que este pensamiento nos toma prisioneros y nos va generando diferentes emociones que nos llevan a estados emocionales bajos. En esos momentos nada mejor que mantener la calma y actuar como si fuésemos el observador en una obra de teatro. Entonces podemos cuestionarnos si ese pensamiento proviene de nuestra verdadera esencia o es una reproducción de nuestro ego, entonces seguramente al lograr el discernimiento esto nos traerá paz y entonces podremos retornar a la calma. No olvidemos que la mente puede crear muchos velos, que como si fuese telarañas al correrlos volvamos a ver con claridad. Namasté
